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sábado, 28 de julio de 2012

¿Donde está el límite?

Es lo que me pregunto cada vez que saco un pez más grande a Rockfishing.

Siempre digo que el hecho de sacar un pez con señuelos se debe en gran parte al factor suerte, y es que el pez, no sólo debe llegar a morder el señuelo, sino que también debe morderlo de forma que al nosotros notarlo y clavar, éste quede prendido del  anzuelo/s. Por poner un ejemplo, los palometones muchas veces embisten los señuelos de superficie antes de morderlos, si en una de las embestidas el pez se engancha con un anzuelo, pongamos que por la cabeza, done la piel es fina y no hay mucha carne donde agarrar, se puede desempescar más o menos fácilmente y lo más probable es que no vuelva a morder ni seguir el señuelo.  De ahí que el porcentaje de dependencia de nosotros mismos o del equipo de una captura no sea del 100%.

Palometón de 83cm capturado con equipo de Rockfishing.

Por otra parte, pienso que la tendencia a sobredimensionar el equipo en relación a las especies que pescamos ha llegado al punto de parecernos normal ese extra de potencia. Me explico, para sacar el 99,9% de los peces que pesco, me basto con el equipo de Rockfishing (caña con cw de hasta 8g, Shimano tamaño 1000 y trenza de 3lb con bajo de 0,20mm). Así, pocos son los peces que me picarán y no podré sacar, mientras que no dejaré de disfrutar tanto la mayoría de ese 99,9% como pasaría con un equipo más pesado. Aunque también cabe decir que muchas veces la sobredimensión del equipo es necesaria para lanzar algunos señuelos más grandes y/o pesados.

Palometón de unos 70cm capturado con equipo de Rockfishing.
 
Por todo esto, creo que la respuesta a la pregunta que da título a ésta entrada, como prácticamente todo, es totalmente relativa. El escenario y las reacciones del pez pueden hacernos perder éste, y serán seguramente los factores que menos podremos controlar y que por lo tanto no dependerán de nosotros mismos o de nuestro equipo. Queda claro que el límte no lo voy a descubrir nunca, pero siempre intentaré ir un poco más allá.

En todo caso, seguiré disfrutando al máximo de cada captura y cada suelta tenga el tamaño que tenga…

viernes, 20 de julio de 2012

Sostenibilidad de la pesca en Menorca

En esta entrada voy a salirme un poco de la exclusividad del Rockfishing y voy a intentar tratar un poco el tema de la sostenibilidad de la pesca en mi isla, Menorca.

Todo viene por una noticia que salió en un diario de la isla, en la que se ponen de manifiesto algunos datos muy interesantes sobre la reserva del norte de Menorca, tanto de la zona de protección especial (reserva integral) como de la zona de protección parcial (donde se prohíbe la pesca submarina, mientras que se puede practicar la pesca recreativa y la profesional de artes menores): 

En ella se comentan cosas que ya sabíamos, pero en este caso, con datos provenientes de un estudio. Es decir, algo formal y con fundamento. Algo que no todo el mundo ha hecho (el estudio) y por lo tanto, no puede rebatir.

Vamos a hacer algunas citas de lo que dice, cómo por ejemplo: 

"En la reserva parcial la densidad de peces ha pasado de 1.000 a 4.000 gramos y en la  de máxima protección de 1.500 a 6.000 gramos."

Podemos observar que según los datos, tanto en la zona de reserva parcial como en la zona de máxima protección la densidad de peces ha aumentado en un 400% (1000 a 4000 gramos por cada 250 m² y 1500 a 6000 gramos por cada 250 m² respectivamente).

Sobre la zona de Cavalleria, donde es reserva parcial (sólo se prohíbe la pesca submarina): 

"También pone en evidencia los efectos “nefastos” de la pesca submarina sobre los peces litorales. La presencia o ausencia de esta práctica es, según el estudio, la principal diferencia entre la reserva y la no reserva."


"“Frente a los trabajos científicos que ponen en duda la validez de estas áreas parcialmente protegidas, se demuestra la compatibilidad de ciertos usos, limitados y controlados (pesca de artes menores y recreativa, buceo recreativo) con la recuperación de las poblaciones de peces”, subraya el informe.
En cuanto a las especies, la recuperación de la reserva se ha puesto de manifiesto sobretodo con peces de gran valor de las familias de los espáridos (sargos, ‘variades’, denton, doradas), los serránidos y gran lábridos, todos ellos objeto de la pesca profesional y recreativa con artes y aparejos permitidos en la actualidad. Destacan el caso de los sargos y de los meros."

En este caso nos aclara la compatibilidad de la pesca recreativa y la profesional de artes menores con la recuperación de las poblaciones de peces.

En todo caso, es una fantástica noticia saber que en la isla contamos con ésta reserva, que permite la recuperación de las especies más castigadas fuera de la reserva (tanto parcial como integral).


Un par de enlaces más de interés: 

El primero otra noticia que habla sobre la posibilidad de hacer otra reserva en Menorca por la escasa población de peces adultos en una zona concreta; en la que se puede leer: "…con el objetivo de proteger a la población adulta, los autores del informe desaconsejan que se siga permitiendo, aunque sea de manera parcial, la pesca submarina.":

Y otro enlace sobre el blog de mis amigos de Uroko, en el que también hablaban sobre la noticia que ocupa ésta entrada: 

domingo, 15 de julio de 2012

Especies del Rockfishing

Sin duda el motivo por lo que practico el Rockfishing es por la cantidad de especies susceptibles a ser pescadas con éstos equipos, yo diría que todas a las que podemos llegar a lanzar cerca nuestros señuelos..
Éste factor hace que el Rockfishing sea una técnica en la que podemos obtener una gran cantidad de picadas y capturas de lo más variopintas en una misma jornada, lógicamente por el gran abanico de peces y también de tamaños que podemos obtener.
La verdad es que cualquier captura me divierte, es más, el simple hecho de estar en el entorno de pesca me divierte. Pero, irremediablemente y como en casi cualquier aspecto de la vida, algo que se repite mucho se convierte en normal, y por lo tanto no da esa felicidad que buscamos. Por lo tanto, las especies más difíciles o que son nuevas para uno mismo con señuelos nos dan un extra de mérito para nosotros mismos. Por supuesto, cuanto más rara o difícil sea la especie, más mérito tendrá para el pescador.
Últimamente he tenido la suerte y la casualidad de en poco más de una semana conseguir cuatro especies distintas que aún no había conseguido nunca con señuelos, ahí van:

Ésta racha empezó con un precioso pargo (pagrus pagrus). Sucumbió de forma totalmente inesperada a un pequeño jig de 3g color rosa. Aunque no mordió muy lejos dio una bonita batalla, al principio incluso pensé en un dentón, pero el color rojizo lo delató enseguida que lo pude divisar.



A los pocos días le siguió un fantástico pez ballesta (balistes capriscus). Subieron en banco a por un Molix Jubar 70. Al principio y debido a que hacía años que no veía bichos de estos detrás de mis señuelos pensé que eran sargos, a pesar de que su tremenda agresividad me hacía dudar. Finalmente pude distinguirlos. Al sacar el señuelo del agua por poco no salen los peces con él. Vuelvo a lanzar y uno se queda prendido a los pocos mordiscos. Era pequeño, pero al fin y al cabo, un pez ballesta.



La siguiente especie ya había mordido mis micro vinilos en alguna ocasión, pero con su pequeña boca me había sido imposible clavarlas. Estaba buscando algo que pudiera morder mis señuelos por el puerto, llego a una pared vertical en la que suele haber movimiento, sólo se ven peces pequeños. Hasta que aparece un banco de salpas (sarpa salpa), por lo que puse rápidamente a la grapa una cabeza plomada de ¼ de gramo y anzuelo del #12 con un trocito de Ecogear Sansun rojo. Lo dejo hundir escondiéndome de los peces para no darles pistas del engaño. Noto que algo tira de mi línea y clavo. ¡Tengo una salpa! La lucha me decepcionó un poco, creía que tiraría más. Aun así hacía cantar de cuando en cuando el carrete, no quería forzarla demasiado por miedo a que el pequeño anzuelo cediera. Al final salió.


Y por si éstas tres especies en pocos días no fuera suficiente, unos días después, pescando en una zona con casi 20m de profundidad, donde dejaba hundir un vinilo de 7cm con cabeza plomada de 7g, noto que algo muerde mi señuelo pero no se clava. Pocos lances después y justo al llegar el señuelo al fondo y cerrar el pick-up del carrete ya siento que algo tira de la línea. No pude ser enroque porque es una zona de arena. Tira con fuerza y yo bombeo todo lo rápido que puedo, con el freno al límite y la caña trabajando a tope. Cuando sale a la superficie consigo ver que se trata de una chicharra (dactylopterus volitans). Otra especie nueva en mi haber con señuelos y con el equipo de rockfishing.



Y para rematar todo, a los pocos días sale otra chicharra, las dos primeras que saco con señuelos, las dos en sitios distintos y con tres días de diferencia. Casualidades de la pesca.

Por suerte, aun me quedan muchas especies por pescar a rockfishing...

Como último apunte, cuando capturemos una especie "rara" o nada freqüente, no la matemos para enseñarla. Ya que hay pocas y aunque lo ideal sería practicar siempre el captura y suelta en el rockfishing, dejémosla en libertad, foto y al agua...

lunes, 9 de julio de 2012

Revista Pesca d'Illes: Orades a Rockfishing


No os perdáis el número 26 (julio-agosto) de la revista Pesca d'Illes, en el que encontraréis un reportaje sobre las doradas a Rockfishing: